Las emociones constituyen un mecanismo de alerta de lo que sucede en nuestro interior.
Cada vez que se presenta un peligro o es necesario resolver o afrontar una situación. emerge un tipo específico de emoción acorde con el problema que amenace nuestra integridad.
El miedo es una de ellas y se caracteriza por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro real o simbólico, su función es buscar las posibles vías de escape que nos permita salvar nuestra vida.
“Solo cuando no tenemos más miedo comenzamos a vivir”
-Dorothy Thompson –
La negación del miedo hace que surja la impotencia, que es una reacción interna en el ser humano cuando no sabe gestionarla.
Tenemos variedad de estímulos que generan cada emoción en nosotros, en realidad cualquier cosa puede provocar una emoción determinada.
Cuando se permite a un miedo crecer, alimentándolo con apegos, culpa, queja y victimismo, este se convierte en un ser dentro de uno mismo, este nuevo ser es resultado de pensamientos de limitación y separación de la verdad.
La única forma de disolverlo es dejar de alimentarlo, debes de saber que eres tú mismo quien crea el miedo, para disolverlo debes entrar en coherencia emocional, esto es dirigiendo tus pensamientos, emociones y acciones en la misma dirección, luego deja de resistirte a lo que acontece a tu alrededor, comprende que hay cosas que no puedes cambiar y acepta las cosas tal como son.
Entonces mira a este miedo de frente veras que este tiene su fuerza acéptalo es una parte de ti que no ha alcanzado la paz, producto de tus pensamientos de limitación, ahora pregúntale que necesita él te responderá, reconcíliate contigo mismo y perdónate por haber estado actuando así.
Entonces él se integrará a ti llevándote a experimentar una paz más profunda.
Ahora sin temores se puede ver la vida con más claridad. El gran cambio siempre empieza en ti.
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